CORAZÓN – ARRITMIA CARDÍACA - Significado Emocional y Transgeneracional.
El corazón representa el amor y problemas de palpitaciones son para mí como una señal de alarma, una llamada de socorro en lo que al amor se refiere. Un miedo profundo a perder o no tener el amor que necesito tanto hace que mis problemas de palpitaciones sean como un grito de socorro con relación al amor. En el caso de que los ventrículos del corazón se contraigan de modo anárquico e ineficaz, se trata entonces de fibrilación ventricular. Este estado puede proceder de un trastorno cardíaco, de una electrocución, de un momento de pánico en el caso del feto (al nacer). Si este estado no está solucionado rápidamente, es la muerte repentina. Esto denota una decisión importante que debo tomar en mi vida con relación al amor y que es vital. Empiezo a darme todo el amor que necesito para sustituir mis inquietudes por más seguridad interior y hago confianza a la vida. La taquicardia se caracteriza por la contracción rítmica irregular del corazón. Sus latidos se aceleran a más de 90 pulsaciones por minuto, y este estado es debido frecuentemente a emociones fuertes. Una situación angustiosa, un esfuerzo físico o mental y el miedo provocan un desequilibrio afectando momentáneamente mi corazón que me lanza un S.O.S. En cuanto a la bradicardia, es una disminución del ritmo de los latidos cardíacos. La acumulación de penas profundas podrá traerme esta dolencia, como si mi corazón ya no pudiera sufrir más y decidiera dejar de latir. En una u otra de estas situaciones, tomo consciencia que el amor está en juego. Respiro calmamente y profundamente, estoy a la escucha de mi corazón.
El corazón simboliza el amor, la paz y la alegría de vivir; por lo tanto, los problemas cardíacos proceden frecuentemente de una carencia de amor, de una tristeza, emociones inhibidas que volverán a la superficie incluso después de varios años; y esta herencia transgeneracional se transmite de generación en generación.
Mi corazón está endurecido por las heridas anteriores. Creo sinceramente que la vida es difícil, estresante y que es una lucha de todos los instantes. Me siento frecuentemente en posición de supervivencia, en un estado en que pienso que sólo mi esfuerzo aportará algunos dividendos. Estoy inquieto, sobreexcitado, angustiado o demasiado frágil para conservar mi equilibrio emocional. Ahogo inconsciente mi niño interior y le impido expresar toda esta maravillosa alegría de vivir. El corazón está asociado a la glándula del timo; ésta que es responsable de la producción de las células –T del sistema inmunitario se debilita y resiste cada vez menos a las invasiones si vivo mucha ira, odio, frustración o rechazo de mí – mismo. El corazón necesita amor y paz. La vida está hecha para ser tomada con la actitud de un niño: apertura, alegría, curiosidad y entusiasmo. Incluso si tengo necesidades afectivas por colmar, intento quedar en un equilibrio armonioso, con una apertura del corazón suficiente como para apreciar cada gesto de mi existencia. Acepto amarme más, quedarme abierto al amor por mí y los demás. Me divierto, me relajo, tomo el tiempo de ser. Dejo de “tomarme en serio”. Me siento libre de amar sin obligación, sabiendo que soy feliz a pesar de todo. Existen varias expresiones para describir el corazón y sus diferentes estados: ser “sin corazón”, “tener corazón”, “escuchar su corazón”. Si alguien me hace la observación del tipo “no tienes corazón”, compruebo este mensaje que la vida me envía. Quizás es el signo de que tendría que cambiar algo. ¿Vivo un desequilibrio? ¿Tengo palpitaciones? ¿Estoy perturbado en el plano emocional? Poco importa la respuesta, no espero a estar enfermo para comprender y aceptar los cambios en mi vida. Me mantengo despierto, abro mi corazón a todo lo que es bueno para mí.
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